Me da risa leer sobre si deberíamos o no hacer tantos honores al mentado Rosenberg, sobre si deberíamos o no hacer tanta bulla y dejarnos llevar por los gritos ciegos de estos mis revolucionarios contemporáneos, patojos como yo, que salieron conmigo y delante de mí y antes que yo, a reclamar eso que es nuestro y que dejamos que nos quitaran perdidos en la conformidad, la costumbre y el desinterés social generalizado.
Y yo me pregunto: ¿qué pasa si no lo hago?, ¿qué pasa si no salgo de mi cueva y dejo de ser un espectador más que se resigna/conforma a ver las noticias a las 10?, ¿qué pasa si sigo pensando que no es mi problema?, ¿qué pasa si sigo creyendo que no hay que meterse a babosadas y que es mejor evitar?
El domingo fui parte del inicio de una nueva revolución. Esto ES una revolución, aquí se está haciendo historia y quiero ser parte de ella. No me quiero quedar con los brazos cruzados. Quiero gritar mi descontento y exigirles a todos los funcionarios del Gobierno, que me sirvan porque yo les doy de hartar, porque yo pago mis impuestos y llevo mis cuentas cabales.
No es que ahora hagamos algo por Rodrigo Rosenberg. Es que podemos hacerlo todo gracias a él y su mensaje... y hasta me atrevo a decir que no me importa si su mensaje es cierto al 100%, si era una persona buena por completo, si era limpio totalmente su corazón... es que ahora ya no importa. De aquí en adelante importa su mensaje, importa su llamado, importa el despertar que causó, la inspiración, el que nos haya dicho dónde poner el pie para dar el primer paso. Rodrigo pasa a ser el estandarte de este levantamiento, de esta rebeldía en contra del veneno de estos comemierda que se han dedicado a sodomisar un pueblo agonizante. A ustedes no les deseo un mejor futuro, mas sólo lo que se merecen.
Se ha hablado tanto de la necesidad de líderes en nuestro país, de gente que mueva gente, de sueños, de motivadores sociales, de figuras públicas que inspiren y muevan a la gente a actuar y tomar el poder que le corresponde. Y de la noche a la mañana, aquí lo tenemos, encerrado ya en un cuadrito en los dominios de YouTube, hablando grandezas, hablando de valores y de honor y de la necesidad del despertar chapín.
Rodrigo Rosenberg no ha muerto, su memoria lo ha hecho inmortal: sus palabras lo han hecho libre. No vamos a dar un paso atrás, no tenemos miedo, no queremos morir pero no queremos vivir derrotados, divididos y sin haber luchado. Vamos a seguir el camino iniciado, vamos a seguir despiertos, vamos a cambiar este país. Señor presidente, póngase el cinturón de seguridad que éste paseo va a estar algo agitado y turbulento.
EL DOMINGO NOS VEMOS EN LA NUEVA MANIFESTACIÓN, DE BLANCO, A LAS 10 A.M., EN EL PARQUE CENTRAL.
Y yo me pregunto: ¿qué pasa si no lo hago?, ¿qué pasa si no salgo de mi cueva y dejo de ser un espectador más que se resigna/conforma a ver las noticias a las 10?, ¿qué pasa si sigo pensando que no es mi problema?, ¿qué pasa si sigo creyendo que no hay que meterse a babosadas y que es mejor evitar?
El domingo fui parte del inicio de una nueva revolución. Esto ES una revolución, aquí se está haciendo historia y quiero ser parte de ella. No me quiero quedar con los brazos cruzados. Quiero gritar mi descontento y exigirles a todos los funcionarios del Gobierno, que me sirvan porque yo les doy de hartar, porque yo pago mis impuestos y llevo mis cuentas cabales.
No es que ahora hagamos algo por Rodrigo Rosenberg. Es que podemos hacerlo todo gracias a él y su mensaje... y hasta me atrevo a decir que no me importa si su mensaje es cierto al 100%, si era una persona buena por completo, si era limpio totalmente su corazón... es que ahora ya no importa. De aquí en adelante importa su mensaje, importa su llamado, importa el despertar que causó, la inspiración, el que nos haya dicho dónde poner el pie para dar el primer paso. Rodrigo pasa a ser el estandarte de este levantamiento, de esta rebeldía en contra del veneno de estos comemierda que se han dedicado a sodomisar un pueblo agonizante. A ustedes no les deseo un mejor futuro, mas sólo lo que se merecen.
Se ha hablado tanto de la necesidad de líderes en nuestro país, de gente que mueva gente, de sueños, de motivadores sociales, de figuras públicas que inspiren y muevan a la gente a actuar y tomar el poder que le corresponde. Y de la noche a la mañana, aquí lo tenemos, encerrado ya en un cuadrito en los dominios de YouTube, hablando grandezas, hablando de valores y de honor y de la necesidad del despertar chapín.
Rodrigo Rosenberg no ha muerto, su memoria lo ha hecho inmortal: sus palabras lo han hecho libre. No vamos a dar un paso atrás, no tenemos miedo, no queremos morir pero no queremos vivir derrotados, divididos y sin haber luchado. Vamos a seguir el camino iniciado, vamos a seguir despiertos, vamos a cambiar este país. Señor presidente, póngase el cinturón de seguridad que éste paseo va a estar algo agitado y turbulento.
EL DOMINGO NOS VEMOS EN LA NUEVA MANIFESTACIÓN, DE BLANCO, A LAS 10 A.M., EN EL PARQUE CENTRAL.
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