Otro año más llega a su fin, y como siempre llega el momento de hacer el recuento de lo vivido, hacer el balance entre lo ganado y lo perdido, para limpiarnos el alma y dar un paso adelante hacia un nuevo presente. Este año no ha sido fácil sino todo lo contrario: ha sido cuesta arriba y lleno de altibajos y pruebas, y dentro de todo, se nos hace más difícil encontrarle saldo positivo a lo vivido. Se hace necesario entonces en este punto, dejar todo atrás y cerrar el capítulo ya escrito, encontrando entre lo dicho y lo hecho las lecciones de vida que nos permitirán en este nuevo inicio reencontrar el camino y sobre todo, empezar a caminar nuevamente convencidos de lo que somos y lo que queremos ser algún día. Es bien sabido que jamás podemos seguir caminando sin perder algo de nosotros mismos en el camino y así, siempre existe la necesidad propia de sacar algo de todo para no quedarnos vacíos. A veces se gana algo y se suma a lo que ya poseemos, y otras veces simplemente lo que se pier...
Puros platillos pasados.