Es la relación odio-necesidad, la uso porque no tengo carro y porque es la forma más "rápida" y económica para transportarme por el trabajo, estos son algunos apuntes de lo que veo a diario:
Hay toda clase de choferes algunos muy pero muy pocos conscientes de sus pasajeros, pero están los pesados, intransigentes, esos que creen que la camio es su pequeño reinado manejando a su antojo, lo que creen que la camio va vacía cuando casi se esta respirando el aire del que acaba de exhalar o casi te están respirando en la nuca, esos choferes que gritan y nadie dice nada, es increíble la camio llena y todo callados, impasibles, mirando hacia el vació esperando llegar rápido a su parada y salir huyendo del tormento.
O están aquellos choferes que usan la camio como sus discotecas, tal ves imaginan que no están trabajando sino viajando con sus amigos apostados como moscas en la mierda, dándose el lujo de decir improperios a cuanta mujer suba o salga, seguro porque se creen muy seguros ya que van varios, y que más queda aguantarse porque a como esta la situación es mejor callar y llegar a casa sana y salva, solo con el malestar de no poder decir o hacer nada.
Ahora voy a escribir sobre una mujer que creo que es la única mujer chofer que hay o he visto, y maneja una camio que va para mi casa, cuando me subo y la veo siento que el viaje será más tranquilo aunque con el tiempo ha tomado confianza a la vez que la velocidad, lo que he notado es que se toma la molestia de esperar a que la gente suba o baje con tranquilidad, y las señoras la saludan con amabilidad, total admiro a esta mujer porque trabaja en un oficio donde reinan o se sienten importantes estos hombres.
Foto copi paste de: Guate360
Comentarios
O que cuando alguien se atreve a decir algo le responden con un "Entonces bajate Hijo de la gran.. te doy tu quetzal"
en fín tantas cosas que cambiarían si ellos no tuvieran contacto directo con el cobro del pasaje...
Cuando abordo los tomates si es una shit, porque esos pizados (disculpen la palabra) se pelan al manejar muy rápido sin importarle que los ancianos se caigan, hablan vulgaridades, cobran como tres quetzales a las seis de la tarde, música a todo volumen y total prepotencia.
Lo que si puedo decir es que no me dejo, y cuando se tardan mucho tiempo esperando pasaje les somato la parte de arriba para que se apuren, y de ahi la demás mara se une y todos a gritarle. De esa forma se sienten intimidados y ya empiezan hacer su recorrido.
Obviamente no todos los choferes son mala onda, pero la mayoría si son una desgracia total.
Ahora se espera que algún día los politiqueros basuras hagan algo para arreglar este nefasto sistema de transporte público.
He Dicho.