Este texto lo encontré en el blog de Ronald Flores (escritor guatemalteco, de esos que encasillaron casi obligatoriamente y por la emergencia de las circunstancias como "de post-guerra"). El texto (como dice su nombre) es el manifesto con el cual Editorial X hace su propuesta al mundo de las letras guatemaltecas, reflejando una realidad que trasciende el mundo literario y se extiende a casi cualquier ámbito social.
Espero lo disfruten como yo lo disfruté cuando lo leí por primera vez:
Manifesto de la editorial X
Agradecimientos
Le damos las gracias a las editoriales que a través de sus políticas para la promoción y difusión de las obras de autores nacionales; han llegado a la meritoria (y no fácil tarea) de llegar a crear el más férreo estreñimiento en la historia de la literatura guatemalteca.
Gracias a ellos podemos agarrar un libro recién impreso y compararlo con otros, escritos por el mismo autor hace diez, veinte, treinta o hasta cuarenta años atrás, y así valorar su esfuerzo al siquiera seguir tratando de hacer algo.
Le damos las gracias a los escritores nacionales que han sabido hermanarse unos con otros y así crear un medio propicio para la publicación, crítica y difusión de sus propias obras; creado un medio cerrado, en donde unos se alababan a otros, excluyendo a todos los extraños que intentan introducirse en el medio.
Gracias a ellos podemos ir a alguna conferencia titulada algo así como “la nueva literatura guatemalteca” y al ver a los escritores que expondrán, volver a sentirnos como pequeños niños y olvidar la frustración de escribir algún cuento y verlo podrirse en algún olvidado rincón (o encontrándole, a veces, un buen uso como es el limpiarse el culo con las hojas); pensando “tal vez dentro de unos veinticinco año podré ser uno de esos jóvenes escritores”.
Especial agradecimientos le damos a los concursos literarios, cuyo valor radica en el reconocer la aptitud literaria de algún escritor ya consumado, que somete alguna de sus obras al gremio de jurados colegas y compadres, o en el caso de elegir a algún concursante novato descubrir la aptitud literaria que corre en sus venas, siendo prueba de esto el apellido que denota su procedencia de alguna ilustre familia de escritores nacionales.
Gracias a estos concursos se crea una esperanza, una luz en el camino, que le da ánimo a todos los escribidores apócrifos de que para ellos y para sus obras, hay un lugar debajo del arco iris, claro, mientras que no se den a conocer los resultados del concurso.
Pero otra vez, gracias a estos magnos concursos (a pesar del desanimo, frustración, enojo y hasta tendencias suicidas que causan el ver como el omnisapiente jurado reconocer su obra como mierda) es a través del querer olvidar la oportunidad perdida ahogándose de guaro en alguna extraña y recóndita cantina, en donde se gestan y destilan las más bajas pasiones que inflamarán los cuentos que, si sobrevive a la intoxicación, dicho aspirante a escritor, escribir posteriormente.
Llegando a pensar, que tal vez, cuando tenga la cabeza encanada y se asemeje más su obra al criollismo y al realismo social (si es que no se muere antes de cirrosis, un plomazo, un puyón o de sida) podrá algún día ser un laureado y reconocido escritor.
A todos los que criticaron nuestras obras catalogándolas como claros y patentes frutos de nuestra inexperiencia literaria (aunque hay que reconocer que en nuestras obras hay mucha incongruencia por haber sido escrita en estados alterados, de procedencia natural o artificial).
A todos que nos ignoraron como a perros sarnosos por lo cáustico y sin gusto de nuestras obras (aunque aquí también hay que reconocer que nuestro aspecto desgarbado y nuestras caras de drogados matan a la primera impresión). A los demás grupos literarios por ver nuestras obras como algo no culto y meritorio (puesto que no le cantamos al amor, a la mujer y a la patria como ellos; sino que al dolor, al sufrimiento y a todo lo que es real)…
¡A todos mil gracias!
Gracias a todos y cada uno de los ya mencionados (así como de los que nos hayamos olvidado de mencionar) es por lo que ha surgido la editorial X, alimentados y facilitando su tarea gracias a ellos; puesto que partir de la nada es fácil, haciendo que cualquier intento de nuestra parte por mover siquiera el dedo meñique para que la literatura nacional avance sea meritorio, porque en la escasez cualquier cosa es ganancia.
La editorial X estará dedicada a publicar obras de personas desconocidas que a pesar de no mostrar ningún apego a las normas académicas, muestre alguna innovación extraña, sin importar que tan extraña sea o que caiga entre lo patológico; puesto que lo enfermizo en la literatura es nuestro deleite.
Teniendo un especial y pervertido placer en lo extraño, en lo anárquico, en lo rebelde, en lo inmoral, en lo inusual y en la sangre de escritores jóvenes (cabe aclarar que por jóvenes entendemos la edad comprendida entre los 13 y 31 años, y no los 40 al 50 del gremio de escritores guatemaltecos autodenominados como los más jóvenes).
Es así como se inicia una nueva era de cambio y apertura, alentando a todos los que escriban con el hígado, con los riñones, con el cerebro o con lo que putas se les venga en gana (media vez sea diferente a “El Señor Presidente”, “La Mansión del Pájaro Serpiente”, “Cara Prieta”, “Hogar Dulce Hogar”, y a miles de mierdas similares) a participar en esta editorial; con sus aportes literarios, críticas, cartas obscenas o donaciones en dinero o en especie (principalmente papel) a mandarlas a la dirección:
X
Apartado postal X
Ciudad de Guatemala, Centroamérica
Atenta y respetuosamente X
Se me hace de esos textos que hay que guardar como patrimonio para futuras generaciones, no sé... como que dice mucho y sobre todo expone el bendito asunto de resagarnos a logros de un momento en la historia como si fueran perpetuos e insuperables, a los cuales nos aferramos, estancándonos para siempre y por los siglos de los siglos, AMÉN.
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