Hace unos días platicaba con un compañero del trabajo sobre esos personajes en los que uno no cree hasta que los conoce, y conocerlos no siempre es precisamente una historia agradable para la mayoría. Hablo de los fantasmos, esos seres que acompañan nuestro paso por la tierra, acechando nuestro sueño y poniéndonos la piel de gallina.
¿Quién no ha sentido una presencia extraña?, ¿quién no ha visto una sombra pasar tras la puerta?, ¿quién no ha oído algún grito de dolor en la madrugada?... probablemente entre muchas de las tradiciones de Guatemala, nuestro querido país, una de las más arraigadas son sus leyendas de aparecidos y fantasmas. La historia del taxi gris, La patoja del cementerio, la historia de pepito y el muerto que le reclama su nalga a cambio de su guacal... en fin... tantas historias que han perdurado a través del paso de los años y aunque en los días en que vivimos es más factible tenerle miedo a un vivo que a un muerto, sería increíble que alguien no conozca la historia de la Llorona, del Sombrerón, de la Siguanaba, del Carruaje de la Muerte y hasta de la procesión esta de los penitentes muertos para la época de Semana Santa.
Hoy, las películas nos muestran cada vez más a asesinos en serie, sociedades secretas, militares despiadados y hasta presidentes corruptos, pero poco queda ya de la mística que lograban crear los abuelitos al contarnos esas famosas "historias de miedo" que no nos dejaban dormir como por una semana, llenas de magia y cuestiones difíciles de comprender.
Facundo y su experiencia
Todo esto que escribo viene porque dentro de la conversación que sostuve con este cuate del chance, le confesé que no existe hoy por hoy, algo que me asuste y me provoque tanto miedo y escalofríos como el video del mexicano Facundo, en el que el muy machito supuestamente entra a un cementerio en búsqueda de un fantasma que según cuentan es el de una niña llorando en una de las tumbas. La cosa es que Facundo la encuentra y vaya si no se asustó... es eso justamente lo que da más cosa del video: los gritos de angustia que el tipo este suelta luego que la ve y sale corriendo.
Ahí se los dejo para que le echen una ojeada:
Nacionalmente
Recomendación para recordar ese mundo de aparecidos y de historias urbanas que en serio dan miedo, comprar en su Paiz más cercano o en la librería más cara (da igual), los libros de la colección LA CALLE DONDE TU VIVES de Hector Gaitán, los cuales a través de historias de fantasmas y de historias inexplicables, han resguardado la tradición oral de nuestro país e inclusive datos históricos de lugar y fechas que ya pasaron. Estos libros también los pueden comprar por internet en los sitios de Artemis Edinter y Librería Sophos (para mí la mejor)
Ahí les dejo un pequeño relato de Hector Gaitán para darle una probadita nada más (publicado en Revista D de Prensa Libre hace algún tiempo)
Dentro de las frases que identifican nuestra cultura, debería incluirse la típica del mismo Hector Gaitán al finalizar sus relatos en su programa radial, con la que termino este post:Hay otra historia, de un policía en la década de 1970 que hacía su ronda, a eso de las 11 o 12 de la noche, por la 8a. calle, a un costado de la Catedral, donde hay una reja. En eso vio que venía un alto oficial del Ejército con susescoltas. El policía se cuadró y el oficial le dijo: “¿Cumpliendo con su deber?” Sí señor, le respondió. “Muy bien, lo felicito. Continúe”, le dijo. El oficial y los dos soldados se metieron por esa puerta. ¡Qué raro!, dijo el policía. ¿Habrá misa o algo en la Catedral? Ni gente había en la calle. El caso es que lo anotó en su parte.
Cuando su jefe leyó aquel reporte le preguntó: “¿Y dice que era un alto oficial con dos escoltas? ¿Quién sería?”
Tiempo después, por alguna razón el agente acompañó a su jefe al Palacio Arzobispal, a una diligencia. En una pared estaba un retrato del general Rafael Carrera, presidente de Guatemala que murió en 1865. ¡Mire!, dijo el agente. ¡Ése es el oficial que entró a la Catedral aquella vez!
Como me lo contaron se lo cuento, porque todo cabe en lo posible...
Comentarios
:S
A pesar de ello, es claro que en el país se tiene el talento para crear historias que se queden vivas en nuestra mente y que podemos transmitir a siguientes generaciones.